Material y autonomía
- Isabel Márquez Carrasco - Logopeda
- 5 dic 2017
- 2 Min. de lectura
De un tiempo a esta parte, nuestros niños parecen ser más olvidadizos que antes. Y puede que sea verdad; pero, como en todo, lo recomendable es buscar la raíz del problema y no atacar directamente al indicador. Como se suele decir, no maten al mensajero.
A lo largo de las últimas décadas, los padres y madres se esfuerzan mucho para que los hijos no tengan las carencias que ellos tuvieron. Y, al final, le hemos dado la vuelta al marcador. De modo que, más que facilitarles la vida, hemos llegado hasta el punto de dárselo todo hecho.
Así que, a la ya larga lista de cosas estresantes que tenemos que hacer los adultos, hemos añadido la no desdeñable tarea de llevar también la agenda de los niños. Y esto incluye cosas tan nimias como prepararles las mochila.
Por eso, cuando necesitan un material y no lo llevan encima, su respuesta es que "a mamá/papá se le ha olvidado". Y éste es realmente el problema. Los niños aprenden tarde y mal qué cosas son responsabilidad suya y se encuentran de golpe y porrazo con la realidad de las responsabilidades.
Puede parecer un ejemplo simple, poco importante; pero es que es así como se implantan los hábitos y los valores, empezando por cosas sencillas para las cuales ellos tengan capacidad y aumentando el nivel progresivamente.
En conclusión, creo firmemente que estar tan encima de los niños es pan para hoy y hambre para mañana; porque el mensaje que les estamos mandando es que siempre habrá alguien que les saque las castañas del fuego. Y esto no suele quedar aquí, sino que se extrapola a otros aspectos y acaba siendo un problema cuando uno ya está en edad de volar solo; pues pueden encontrarse en dos situaciones nada recomendables: pueden convertirse en personas exigentes e irresponsables y pueden verse terriblemente solos.
Aunque parezca exagerado; el arbolito, desde pequeñito.
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