Docentes
- Isabel Márquez Carrasco - Logopeda
- 18 abr 2018
- 1 Min. de lectura
De un tiempo a esta parte, vengo siendo más consciente de que vivimos en un país poco respetuoso en general. Lo queremos todo perfecto, gratis (si puede ser) y a la voz de ya. Y me atrevo a decir que no somos los docentes los únicos que sufrimos esta especie de acoso pasivo-agresivo.
Nos ningunean los de arriba y a veces también aquellos a los que prestamos servicio. Nos tratan, en definitiva, como si no valiéramos lo que costamos; como si nos hicieran un favor; como si siempre estuviéramos a prueba. Y vivir con esta frustración y este "desprecio" constante se hace cuesta arriba a veces.
En el caso de los educadores, además, está la responsabilidad de influir en las vidas de las personas que constituirán el futuro. Un futuro del que no seremos espectadores, sino también sujetos pacientes (que no pasivos). Y muchas veces, la impresión que nos da es la de que somos el enemigo o un estorbo, más que otra parte del equipo que busca un bien común.
No os perdáis este vídeo.
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